Las garrapatas y la enfermedad de Lyme. Europa y España en el punto de mira.

enfermedad de Lyme

El cambio climático y el calentamiento global no solo están repercutiendo en los recursos hídricos o en el aumento del nivel del mar, entre otras cosas. También está alterando el ciclo de vida de diversas especies, sobre todo de aquellas especies que son poiquilotermas, es decir, aquellas que no disponen de mecanismos internos para la regulación de la temperatura.  

Este sería el caso de los artrópodos. Es importante tener en cuenta que algunas especies pueden ser parásitas para el ser humano y en muchos casos, vectores de transmisión de diversas enfermedades. En esta línea, es interesante mencionar a las garrapatas, concretamente aquellas del género Ixodes, porque son las responsables de causar la enfermedad de Lyme. 


Escrito por Miguel Ángel Aparicio Jiménez, biólogo y docente del área de ciencias de INESALUD. 


Pasan desapercibidas, pero sus efectos pueden ser devastadores: Las garrapatas 

Las garrapatas pueden ser transmisoras de una patología conocida como la enfermedad de Lyme. Esta enfermedad está causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, una espiroqueta que presenta un ciclo de vida complejo. 

En primer lugar, esta bacteria utilizaría a las garrapatas del género Ixodes como vectores de transmisión de la enfermedad. Por otra parte, la bacteria utilizaría a roedores de pequeño tamaño, como múridos, ovejas, ciervos y otros mamíferos como reservorio. Cuando una garrapata en estado de ninfa se adhiere al cuerpo del animal, al alimentarse de su sangre, también adquiere una carga bacteriana que se establece en su aparato digestivo, donde se replica. Posteriormente, las bacterias migran al aparato bucal.  

Además de la enfermedad de Lyme, las garrapatas del género Ixodes pueden transmitir un virus que causa un tipo de encefalitis que puede resultar en secuelas neurológicas en más del 10% de los pacientes afectados.  

De esta forma, cuando el ácaro encuentra un nuevo huésped, este transmite la bacteria a través de la mordedura, provocando la enfermedad de Lyme

En la etapa más temprana de la infección, la puerta de entrada de la bacteria, es decir, la zona donde ha picado la garrapata, puede identificarse por medio de unos sarpullidos en forma de diana.

En fases más avanzadas, los síntomas de la enfermedad de Lyme pueden ser:

  • Sarpullidos por todo el cuerpo
  • Dolor de cabeza
  • Dolores musculares y de las articulaciones
  • Rigidez en articulaciones 
  • Rigidez en el cuello
  • Hinchazón de los párpados
  • Pérdida de visión
  • Ganglios linfáticos inflamados
  • Parálisis facial

Si padeces algunos de estos síntomas, es importante que acudas a un médico lo antes posible. Si no se trata a tiempo, esta enfermedad puede afectar a las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso.

 

La enfermedad de Lyme se trata con antibióticos, que generalmente son muy efectivos, especialmente si se detecta y se trata pronto. No obstante, una vez recibido el tratamiento, hay pacientes que tienen síntomas por varios meses, lo que se conoce como síndrome de la enfermedad de Lyme.

Enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme se comienza a descontrolar 

En los últimos 15 años, en España se ha producido un enorme incremento de los casos de enfermedad de Lyme y otras enfermedades bacterianas en las que los vectores de transmisión son las garrapatas. Teniendo en cuenta que el género Ixodes es el que funciona como vector de transmisión y que en España la especie que más representada se encuentra, con una mayor área de distribución, es Ixodes ricinus, tiene sentido que la incidencia de mordeduras sea más frecuente por parte de esta especie a lo largo del año. La mayoría de mordeduras o picaduras de garrapatas se producen en primavera, y en menor medida en verano (Vieira et al., 2022).  

El incremento de los meses calurosos y la subida general de las temperaturas en los últimos años por efecto del cambio climático está adelantando los ciclos de vida de estos animales, por lo que en definitiva, la incidencia de mordeduras y de casos de enfermedad de Lyme están aumentando en consecuencia.  

Por otra parte, este aumento de las temperaturas no solo afecta a la península. Esto en definitiva ha provocado que el área de distribución de este animal se desplace más hacia el norte de Europa, llegando hasta regiones más próximas al ártico como Noruega y Suiza (desde la década de los 40 del siglo pasado, se ha desplazado en torno a 400 Km hacia el norte) (Semejanza & Paz, 2021).  

En otras regiones como el Reino Unido, por ejemplo, este incremento está ligado además al aumento en la abundancia y distribución en las poblaciones de ciervo, que en definitiva son los huéspedes principales de I. ricinus. De un modo similar, el aumento de las poblaciones de ciervo también está ligado al cambio climático.  

A nivel de todo Europa, la incidencia de casos de enfermedad de Lyme se ha multiplicado considerablemente. Por ejemplo, en Irlanda, se reportaban en torno a 10 casos por año en la década de 1990, siendo en torno a 300 en el año 2008 (Gilbert, 2021). 

En conclusión, el cambio climático puede afectar de manera significativa la incidencia de diferentes tipos de enfermedades zoonóticas. En esta línea, tomar medidas para evitar que este problema adquiera mayores dimensiones es de vital importancia. 

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Referencias

Vieira Lista, M. C., Belhassen-García, M., Vicente Santiago, M. B., Sánchez-Montejo, J., Pedroza Pérez, C., Monsalve Arteaga, L. C., ... & Muro, A. (2022). Identification and distribution of human-biting ticks in Northwestern Spain. Insects, 13(5), 469. 

Semenza, J. C., & Paz, S. (2021). Climate change and infectious disease in Europe: Impact, projection and adaptation. The Lancet Regional Health–Europe, 9. 

Gilbert, L. (2021). The impacts of climate change on ticks and tick-borne disease risk. Annual review of entomology, 66, 373-388. 

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