Vacuna

Las vacunas son uno de los mayores logros de la medicina moderna. Han salvado millones de vidas y erradicado enfermedades que hace décadas asolaban a la humanidad. De esta forma, han ayudado a aumentar la esperanza de vida y disminuir la mortalidad. 

Hoy son herramientas esenciales para la salud pública, porque protegen a personas de todas las edades contra una amplia gama de enfermedades infecciosas.

¿Para qué sirve una vacuna?

Las vacunas funcionan entrenando al sistema inmunológico para reconocer y combatir enfermedades específicas. De esta forma, refuerzan al sistema inmunitario y previenen el riesgo de una infección grave causada por microorganismos.

Con la creación de las vacunas de ARN en la pandemia por el COVID-19, hay dos tipos de vacunas principales. Ambas buscan generar una respuesta inmune en el organismo. Sus principales diferencias son: 

Vacunas tradicionales

  • Introducen en el cuerpo una forma debilitada o inactiva del virus o la bacteria que causa la enfermedad.
  • El sistema inmunológico reconoce el agente invasor y produce anticuerpos para combatirlo.
  • Esta exposición controlada permite al cuerpo desarrollar inmunidad frente a la enfermedad real sin padecerla. De esta manera, se prepara al cuerpo para enfrentar al microorganismo.

Vacunas de ARNm

  • Contienen instrucciones genéticas (ARNm) que codifican para una proteína específica del virus o la bacteria.
  • Estas instrucciones son "leídas" por las células del cuerpo, que sintetizan la proteína viral. Posteriormente, el sistema inmunológico reconoce la proteína como un agente extraño y produce anticuerpos para combatirla.
  • Se genera inmunidad o capacidad de resistir la enfermedad sin necesidad de contraerla.

Tipos de vacunas 

En la actualidad, se encuentran disponibles para la población 5 tipos de vacunas:

  • Vacunas de ARNm. Tienen dentro de sí el código genético del virus, para que el organismo puede aprovechar esta información para producir defensas contra la enfermedad. Algunas vacunas contra el SARS-CoV-2 emplean este enfoque tecnológico.
  • Vacunas de virus vivos, como la del sarampión o la varicela. 
  • Vacunas toxoides. Contienen una parte del microorganismo como una toxina. Estas no hacen inmunes ante la infección, pero sí ante los efectos dañinos.
  • Vacunas inactivadas. Se produce con una proteína o fragmento del virus o bacteria, por ejemplo como la de la tos ferina. 
  • Vacunas biosintéticas. Son fabricadas a partir de sustancias artificiales que se asemejan al virus o la bacteria, como la vacuna de la hepatitis B.

Historia de la vacuna: un viaje a través del tiempo

La historia de las vacunas se remonta al siglo XVIII, con el trabajo pionero de Edward Jenner. Jenner observó que las ordeñadoras que habían contraído la viruela bovina, una enfermedad leve similar a la viruela humana, eran inmunes a esta última.

En 1796, inoculó a un niño con pus de una viruela bovina y, posteriormente, lo expuso a la viruela humana, demostrando así la efectividad de la vacunación.

Desde entonces, las vacunas han evolucionado de forma extraordinaria. Se han desarrollado vacunas para prevenir enfermedades como la polio, el sarampión, la difteria, la tos ferina, la hepatitis B y muchas más. Además, se están trabajando en vacunas para enfermedades como el VIH/SIDA y el paludismo.

¿Cuándo y dónde vacunarse?

Existe un calendario de vacunación recomendado por las autoridades sanitarias que establece cuándo y qué vacunas deben recibir las personas de diferentes edades. Las vacunas se administran generalmente en centros de vacunación o por profesionales de la salud.

Cada país cuenta con sus propios programas de vacunación, que tienen una intensidad especial en los primeros 12 años de vida. Existen vacunas que se consideran sistémicas o universales, y que se deben administrar de forma obligatoria dentro de los sistemas de salud. Estas incluyen, entre otras, las del meningococo, neumococo, antipoliomielítica inactivada, rotavirus o varicela. 

Además, existen otras vacunas como las de la fiebre amarilla que solo se solicitan en situaciones específicas, por ejemplo, al hacer un viaje. 

Vacunas para mujeres embarazadas

Las mujeres embarazadas también pueden beneficiarse de la vacunación. Algunas vacunas, como la de la tos ferina, se recomiendan durante el embarazo para proteger al bebé después del nacimiento. Es importante consultar con un/a médico/a para determinar qué vacunas son adecuadas para cada mujer embarazada.