Flebitis

La flebitis, también llamada tromboflebitis, es una inflamación que se produce en una vena, por lo general en las piernas. La flebitis puede ser superficial o profunda y suele estar asociada con la formación de un coágulo de sangre. 

Cuando se produce en una vena superficial, se denomina "flebitis superficial", mientras que si afecta una vena profunda, se conoce como "flebitis profunda" o “trombosis venosa profunda”. 

Síntomas de la flebitis 

Los síntomas de la flebitis pueden variar según la gravedad de la condición y la ubicación de la vena afectada. Entre los signos más comunes se incluyen enrojecimiento, hinchazón y sensibilidad en la zona afectada. 

 Además, la piel sobre la vena puede sentirse caliente al tacto. En casos más severos, la flebitis puede causar fiebre y malestar general. Es esencial prestar atención a estos síntomas, especialmente en personas de edad avanzada. Si no se atiende de forma oportuna, la flebitis puede llevar a complicaciones más graves, como la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar. 

Causas de la flebitis 

La obstrucción o alteración del flujo sanguíneo puede dar lugar a la formación de coágulos sanguíneos. Los mayores factores de riesgo relacionados con la flebitis son: 

1. Edad: Mayor riesgo después de los 60, aunque puede ocurrir a cualquier edad. 

2. Falta de movimiento: La inmovilidad prolongada, ya sea por viajes largos, hospitalización o condiciones médicas. 

3. Lesiones o cirugía: Eventos que afectan las venas incrementan la propensión a la formación de coágulos sanguíneos. 

4. Embarazo: Aumenta la presión en las venas, especialmente en personas con trastornos de coagulación hereditarios. 

5. Píldoras anticonceptivas, terapia hormonal y algunos medicamentos: Ciertas hormonas y medicamentos aumentan el riesgo de tener coágulos en la sangre, especialmente para personas con mayor predisposición por genética o hábitos.  

6. Sobrepeso u obesidad. 

7. Tabaquismo: El hábito de fumar afecta el flujo y la coagulación sanguínea, aumentando el riesgo de trombosis venosa profunda y flebitis. 

8. Cáncer: Algunos tipos de cáncer y tratamientos relacionados aumentan las sustancias en la sangre que provocan coagulación. 

9. Insuficiencia cardíaca.  

10. Antecedentes personales o familiares: Historial previo de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar en la familia aumenta el riesgo. Asimismo, cambios en el ADN, como el factor V de Leiden, pueden hacer que la sangre coagule más fácilmente, especialmente cuando se combina con otros factores de riesgo. 

Tratamiento de la flebitis 

El tratamiento de la flebitis varía según la gravedad de la condición. Para la flebitis superficial, a menudo se recomienda descanso, aplicación de calor local, usar calcetines de compresión y elevación de la extremidad afectada. En algunos casos, los profesionales de la salud pueden recetar medicamentos antiinflamatorios para aliviar los síntomas.  

Para la flebitis profunda, se pueden utilizar anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos de sangre. A su vez, es posible que se introduzcan filtros en las venas o que se realice una extirpación de várices, en los casos más graves.  

Por otra parte, la prevención es crucial para manejar la flebitis. Mantener un estilo de vida saludable es clave para tener una buena circulación. Al respecto, mantenerse activo y evitar el sedentarismo es un factor protector, así como no fumar. 

 La flebitis, aunque a veces subestimada, no debe pasarse por alto. La comprensión de sus síntomas, causas y tratamientos es esencial para garantizar una intervención temprana y prevenir complicaciones más graves. La atención a factores de riesgo, como la edad avanzada y el uso de píldoras anticonceptivas, junto con la colaboración con profesionales de la salud, permite escuchar y abordar adecuadamente esta enfermedad que afecta a las venas.