Contracciones

En el periodo de gestación se pueden producir diferentes tipos de contracciones uterinas entre las que se incluyen las propias contracciones del parto. Sin embargo, se producen contracciones durante todo el embarazo. 

Las contracciones uterinas forman parte de la fisiología normal, pues son debidas a movimientos involuntarios de la musculatura uterina que de una forma alternada se contrae y se relaja. Esto es debido a la secreción de una hormona hipofisaria denominada oxitocina, que precisamente está activada durante el embarazo. Esta tiene un pico máximo en el momento de la fase de dilatación del cuello del útero.

También en la etapa del postparto ocurre de forma similar para disminuir las pérdidas sanguíneas que acontecen en el alumbramiento (expulsión de la placenta) de forma que el útero grávido recupere el tamaño anterior al embarazo. 

¿Cuándo se dan las contracciones?

En las primeras semanas de gestación existen contracciones que tienen la consideración de fisiológicas, pero su manifestación es de forma ocasional y de una duración e intensidad leves. La causa es la expansión uterina para que el embrión se implante y por ello las estructuras musculares se distienden.

Es significativo que esas contracciones suelen producirse en los mismos días en los que tendría que manifestarse la menstruación y de hecho podría haber presencia de leve manchado. También puede coincidir con algún esfuerzo en esos momentos. El peligro está si esas contracciones se tornan molestas y el dolor es en el bajo vientre y con cierta intensidad y frecuencia, además de aparecer a intervalos regulares. En esa situación representarían un aviso de alarma y de solicitar una atención sanitaria inicial de inmediato. 

También en el segundo trimestre del embarazo puede haber contracciones y esto no tiene que significar un problema porque además la mujer no las percibe como una molestia; aparecen con una función fisiológica propia de la gestación que es la de aportar flexibilidad al útero para preparar la estructura anatómica a un bebé que cada vez es de mayor tamaño. 

En la semana 25-26 de embarazo se produce la ascensión del útero para situarse en la línea transversal del abdomen a la altura del ombligo y pueden aparecer contracciones esporádicas con la misión de ir colocando al útero en el lugar correcto. 

Las contracciones ocasionales son normales y no deben de considerarse patológicas porque a veces están relacionadas con los movimientos fetales, pues son evidentes a partir de la 22-26 semanas y el reflejo que esos movimientos producen dan lugar a la aparición de las contracciones. Estas son fáciles de diferenciar, ya que no son dolorosas, y son motivo de alegría puesto que indican la presencia del bebé. 

En el tercer trimestre, hay dos tipos de contracciones: las preparatorias, llamadas de Braxton Hicks, y las de parto, que son inconfundibles por su intensidad y duración. De hecho, las preparatorias podrían ser incluso imperceptibles. Las de parto suelen suceder cada 2-3 minutos y una duración 90-120 segundos y dolorosas.