Bálsamo

Podríamos definir el bálsamo como una sustancia de tipo aromática, líquida y casi transparente, en el momento en el que es obtenida de los árboles.  

Los bálsamos se adquieren por incisión y debido al efecto de las características atmosféricas se van espesando y van cogiendo cierto color. Esta transformación ocurre a causa de la presencia de los aceites esenciales que contienen. Estos se convierten en otras sustancias como la resina, el ácido benzoico y el ácido cinámico. 

Gracias a su origen, los bálsamos son productos con capacidad de tratar, aliviar y curar alteraciones dermatológicas. Se vienen utilizando desde hace mucho tiempo y en diferentes civilizaciones, como en el Antiguo Egipto, donde se empleaban en la momificación. 

Aunque los más conocidos son los bálsamos labiales, estos productos también se pueden aplicar en cualquier otra parte del cuerpo, siempre que no presente heridas abiertas. Por eso existen preparaciones destinadas a su aplicación en diversos músculos, codos, nariz, o incluso en las orejas, entre otros. 

Generalmente, cuando estos bálsamos van adicionados de sustancias como el mentol o el alcanfor pueden utilizarse como productos para aliviar el dolor, ya que aportan un efecto analgésico y refrescante, por lo que están indicados en dolencias musculares y articulares, así como para el prurito ocasionado por la picadura de insectos.  

Tipos de bálsamo

Bálsamos labiales

Son productos que están diseñados específicamente para hidratar y proteger los labios. Pueden contener ingredientes como cera de abejas, manteca de karité, aceites naturales y vitaminas para nutrir los labios secos y agrietados. Además, pueden llevar incorporados pigmentos para dar color al bálsamo con objeto decorativo. Así mismo, otros ingredientes activos que le aportan un valor añadido a estos productos son el empleo de filtros de protección solar

Bálsamos para la piel

Están formulados para hidratar y reparar la piel seca o dañada, siempre que no sea sobre una herida abierta. Pueden contener ingredientes como ceramidas, aceites vegetales, mantecas, aloe vera y vitaminas para proporcionar alivio a la piel irritada. 

Bálsamos after shave

El afeitado constituye una agresión física para la piel, por lo que es necesario hidratarla y nutrirla posteriormente para disminuir la irritación. Para ello se emplean productos que contienen sustancias hidratantes, calmantes y reparadoras, como la alantoína, bisabolol, el aloe vera, y aceites esenciales que proporcionan alivio y reducen la irritación. 

Bálsamos musculares

Mencionados anteriormente, estos están destinados a aliviar dolores musculares y articulares. Pueden contener ingredientes como el mentol, alcanfor, eucalipto y aceites esenciales que producen una sensación de calor o frío para disminuir el malestar muscular. 

Bálsamos para tatuajes

Están diseñados específicamente para ayudar en el cuidado de la piel y proteger los tatuajes recién hechos gracias a su composición en sustancias calmantes y regeneradoras. 

Bálsamos para quemaduras

Formulados para proporcionar alivio en la piel quemada. Pueden contener ingredientes como aloe vera, caléndula y vitaminas, que presentan efectos hidratantes y antiinflamatorios para ayudar a calmar la piel y promover la cicatrización.