Afasia
La afasia es un trastorno ocasionado por daño cerebral, normalmente en las áreas del cerebro responsables del lenguaje. Este daño puede ser causado por un accidente cerebrovascular, un traumatismo craneoencefálico, un tumor cerebral o incluso enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Afecta principalmente a adultos, aunque también puede presentarse en niños en forma de disfasia, un trastorno del desarrollo del lenguaje con características similares.
Diferencias entre afasia y disfasia
Aunque son términos que a menudo se confunden, la afasia y la disfasia tienen algunas características que los diferencian. La afasia se produce cuando una persona ya había desarrollado un lenguaje normal y luego lo pierde, mientras que la disfasia es un trastorno del lenguaje que aparece durante el desarrollo infantil. Aunque los síntomas pueden parecer similares, las causas y los tratamientos son distintos.
Tipos de afasia
Existen varios tipos de afasias, dependiendo del área del cerebro afectada y de cómo se manifiestan los síntomas. Generalmente, se dividen en afasias motoras y afasias sensitivas, aunque hay subtipos dentro de estas categorías.
Afasia de Broca
La afasia de Broca, también conocida como afasia motora o afasia no fluente, ocurre cuando se daña el área de Broca, en el lóbulo frontal izquierdo del cerebro. Las personas con este tipo de afasia tienen grandes dificultades para hablar, sin embargo, suelen conservar una buena comprensión del lenguaje. Saben lo que quieren decir, pero no pueden expresarlo.
Afasia de Wernicke
La afasia de Wernicke es un tipo de afasia sensitiva o afasia fluente, provocada por daño en el área de Wernicke, situada en el lóbulo temporal izquierdo. Las personas con este tipo de afasia pueden hablar con fluidez, pero utilizan palabras inventadas o frases incoherentes. Además, muchas veces no son conscientes de que su lenguaje está alterado.
Otras formas de afasia
Además de las afasias de Broca y de Wernicke, existen otros tipos que combinan diferentes grados de dificultad en la comprensión y la expresión:
- Afasia global: es una forma grave que combina dificultades severas tanto para hablar como para entender el lenguaje. Suele ser consecuencia de un daño cerebral fuerte, como el producido por un accidente cerebrovascular.
- Afasia anómica: quienes la padecen tienen dificultades para encontrar las palabras correctas, especialmente los nombres de objetos.
- Afasia de conducción: se caracteriza por la incapacidad de repetir palabras o frases, a pesar de que la comprensión y la expresión espontánea del lenguaje estén relativamente conservadas.
Impacto emocional y social
La afasia tiene un profundo impacto emocional. Las personas que la padecen se sienten frustradas o deprimidas por no poder comunicarse como antes. La comunicación es una parte esencial de nuestras relaciones, y cuando esta capacidad se ve afectada, también lo hace la calidad de vida.
Es fundamental que tanto los familiares como los profesionales de la salud comprendan este aspecto emocional, ofreciendo apoyo, paciencia y estrategias de comunicación alternativas.
Tratamiento de la afasia
Este trastorno puede tratarse, aunque la recuperación depende del tipo, la causa y la rapidez con la que se empiece a actuar. Lo más común es someterse a una terapia del lenguaje, dirigida por un fonoaudiólogo o logopeda. Esta terapia se adapta a cada caso y busca mejorar las habilidades lingüísticas o enseñar formas alternativas de comunicación.
En los últimos años, se han sumado herramientas tecnológicas, como aplicaciones interactivas, y enfoques multidisciplinarios que integran a psicólogos, neurólogos y terapeutas ocupacionales.
Referencias
Helm-Estabrooks, N., & Albert, M. L. (2005). Manual de la afasia y de terapia de la afasia. Ed. Médica Panamericana.
González, R., & Hornauer-Hughes, A. (2014). Afasia: una perspectiva clínica. Revista del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, 25, 291-308.
Martínez, E. O., Pino Melgarejo, M., & Broche Pérez, Y. (2015). Perspectivas científicas en la investigación de la afasia. Consideraciones teóricas. Encuentros, 13(1), 75-84.
